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Trastorno Obsesivo Compulsivo

Los síntomas característicos del TOC son la presencia de obsesiones y compulsiones. Las obsesiones son pensamientos (p. ej., de contaminación), imágenes (p. ej., de escenas violentas o terroríficas) o impulsos (p. ej., de apuñalar a alguien) de naturaleza repetitiva y persistente.

Es importante destacar que las obsesiones no son placenteras ni se experimentan como voluntarias: son intrusivas y no deseadas, y causan malestar o ansiedad en la mayoría de las personas. El individuo intenta ignorar o suprimir estas obsesiones o neutralizarlas con otro pensamiento o acción

Las compulsiones (o rituales) son conductas (p. ej., el lavado, la comprobación) o actos mentales (p. ej., contar, repetir palabras en silencio) de carácter repetitivo que el individuo se siente impulsado a realizar en respuesta a una obsesión o de acuerdo con unas normas que se deben aplicar de manera rígida.

La mayoría de los individuos con TOC tiene tanto obsesiones como compulsiones.

El contenido específico de las obsesiones y compulsiones varía entre los individuos. Sin embargo, ciertos aspectos o dimensiones son frecuentes:

  • De limpieza (obsesiones de contaminación y compulsiones de limpieza)
  • De simetría (la obsesión por la simetría y las compulsiones de repetir, ordenary contar).
  • De pensamientos prohibidos o tabú (p. ej., las obsesiones de agresión, sexuales y religiosas, y las compulsiones relacionadas).
  • De daño (p. ej., el temor a hacerse un daño a uno mismo o a otras personas y las compulsiones de comprobación).
  • De acumulación: algunas personas también tienen dificultades para desechar cosas y almacenan objetos (acumulación).

Las mujeres se ven afectadas con una tasa ligeramente más alta que los varones en la edad adulta, aunque los varones se ven más frecuentemente afectados durante la infancia.

La edad media de inicio del TOC es de 19,5 años, y el 25 % de los casos se inicia a la edad de 14 años. Su comienzo después de los 35 años es inusual, pero ocurre. Los varones tienen una edad más temprana de inicio de los síntomas que las mujeres: casi el 25 % de los varones tiene un inicio antes de la edad de 10 años.

Trastorno Dismórfico Corporal

Las personas con trastorno dismórfico corporal están preocupadas por uno o más defectos percibidos en su apariencia física, por lo que se ven feos, poco atractivos, anormales o deformes. La percepción de los defectos no es observable o sólo es apreciada levemente por los demás individuos. El espectro de preocupaciones va de «poco atractivo» o «no normal» a «horrible» o «como un monstruo».

Las preocupaciones pueden centrarse en una o varias zonas del cuerpo, más comúnmente en la piel (la percepción de acné, cicatrices, líneas, arrugas, palidez), el pelo («adelgazamiento» del pelo o «excesivo» vello facial o en el cuerpo) o la nariz (el tamaño o la forma). Sin embargo, cualquier área del cuerpo puede ser el foco de preocupación.

Las preocupaciones son molestas, no deseadas, consumen mucho tiempo ya que la persona se pasa mucho tiempo delante del espejo (3-8 horas por día) y, por lo general, son difíciles de resistir o de controlar.

La edad media de inicio del trastorno es de los 16 a los 17 años, la edad media de aparición de los síntomas es de 15 años, y la edad más frecuente de aparición son los 12-13 años.

Trastorno de Acumulación

La característica esencial del trastorno de acumulación son las dificultades persistentes para deshacerse o separarse de las posesiones, independientemente de su valor real. La dificultad para deshacerse de las posesiones se refiere a cualquier forma de descarte, incluyendo tirar, vender, regalar o reciclar.

Las principales razones alegadas para estas dificultades se perciben en la utilidad, o el valor estético de los elementos, o en un fuerte apego sentimental a las posesiones. Algunas personas se sienten responsables del destino de sus bienes y, a menudo, hacen todo lo posible para evitar ser derrochadores.

Los objetos que se acumulan más comúnmente son periódicos, revistas, ropa vieja, bolsas, libros, material electrónico y papeles, pero prácticamente cualquier objeto se puede guardar. Muchas personas recogen y guardan un gran número de cosas de valor, que a menudo se encuentran acumuladas mezcladas con otros elementos de menor valor.

Los individuos con trastorno de acumulación guardan voluntariamente sus posesiones y experimentan angustia cuando se enfrentan a la perspectiva de desecharlas.

El trastorno de acumulación parece comenzar en etapas tempranas de la vida y se extiende hasta bien entradas las últimas etapas. Los primeros síntomas de acumulación pueden surgir en torno a los 11-15 años y empiezan a interferir con el funcionamiento de la vida cotidiana del individuo en torno a los 25 años, causando un deterioro clínicamente significativo a mediados de los 30 años.

Tricotilomanía (Trastorno de arrancarse el pelo)

La característica esencial de la tricotilomanía (trastorno de arrancarse el pelo) es el acto recurrente de arrancarse el propio pelo. El acto de arrancar el pelo puede afectar a cualquier región del cuerpo en la que crezca pelo.Las localizaciones más frecuentes son el cuero cabelludo, las cejas y los párpados, mientras que los sitios menos comunes son el vello axilar, el facial, el púbico y el de las regiones perirrectales. Es posible que los sitios donde se producen los tirones de pelo varíen con el tiempo.

El tirarse del pelo provoca un malestar clínicamente significativo o un deterioro social, laboral o de cualquier otra área de funcionamiento.

Arrancarse el pelo puede ir acompañado de una serie de comportamientos o de rituales. Por lo tanto, los individuos pueden buscar un tipo específico de pelo para tirar (los pelos con una textura específica o color), pueden tratar de extraer el pelo de una manera específica (de manera que la raíz salga intacta, etc.), o pueden examinarlo visualmente o al tacto, o por vía oral y manipular el pelo después de haberlo arrancado (p. ej., haciendo rodar el cabello entre los dedos, tirar del cabello con los dientes, morder el pelo en trozos o tragarse el pelo, etc.).

La prevalencia estimada para la tricotilomanía en los adultos y los adolescentes está entre el 1 y el 2 %. Las mujeres se ven afectadas con más frecuencia que los varones, en una proporción de aproximadamente 10:1.

Trastorno de Excoriación (rascarse la piel)

La característica esencial del trastorno de excoriación (rascarse la piel) es el rascado recurrente de la propia piel. Los sitios más frecuentemente escogidos son la cara, los brazos y las manos, pero muchas personas eligen múltiples lugares del cuerpo. Las personas pueden rascarse la piel sana, las irregularidades menores de la piel y las lesiones, como granos o callos.

La mayoría de los individuos lo realizan con sus uñas, aunque muchos utilizan pinzas, alfileres u otros objetos. Además del rascado de la piel puede haber frotamiento, presión, punción y mordedura de la piel. Los individuos con trastorno de excoriación a menudo pasan una cantidad significativa de su tiempo realizando comportamientos de rascado, a veces varias horas al día.

El rascado de la piel puede estar acompañado por una serie de comportamientos o rituales que involucran la piel o las costras. Por lo tanto, los individuos pueden buscar un tipo específico de costra para tirar, examinar, llevarse a la boca o tragarse la piel después de que se ha arrancado. El rascado de la piel también puede estar precedido o acompañado de diferentes estados emocionales como ansiedad y aburrimientopara, posteriormente, sentir satisfacción y placer tras el rascado.

El trastorno de excoriación se puede presentar en diversas edades y es más común en mujeres.

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